Mister Seddon, con el dedo índice apoyado en la barbilla pulcramente afeitada, no parecía muy comunicativo, y sus ojos suspicaces midieron de pies a cabeza al detective.
Martha Rodeznoidézett5 évvel ezelőtt
tristemente: —Creo que tienes razón. ¡Todo esto cuesta tan caro!... Los vestidos..., el pein