Tampoco es mala la situación: desde esa posición activa puede hacerse fuerte. Pero también puede llegar a sentir que fracasa, que no es tan capaz como para soportar su soledad y entramparse más en una vida oscurecida por la exigencia y el deber ser. Puede que irse a vivir solo sea un retroceso en su camino de crecimiento porque hace que refuerce actitudes inauténticas.