Antes de sobrevenirle a uno la condición de doliente, se puede pensar la «muerte», pero todavía no la «ausencia». La ausencia es impensable mientras haya presencia.
Zaira Cerecedo Carreraidézett2 évvel ezelőtt
Para el doliente el mundo se define por la ausencia
Ana Romeroidézettelőző év
Acostada y despierta, medité sobre las posibilidades que tenía en aquel lugar para ajustar mi vida durante tres meses a un orden que me permitiera sobrevivir a la inesperada extrañeza
Ana Romeroidézettelőző év
Ocasionalmente, de una de las vetas amarillentas del cielo nublado brotaba un rayo de luz delgado y deslumbrante para caer de soslayo, como la indicación de un dedo, sobre una de las columnas de humo, como si ésta fuese la ofrenda elegida por una mano superior
Ana Romeroidézettelőző év
Cada toma era un esfuerzo. Miraba fijamente por el visor y olvidaba lo que quería ver.
Ana Romeroidézettelőző év
una enorme serpiente medio erguida que ya devora a un pájaro
Ana Romeroidézettelőző év
A veces, llegaba un fontanero ambulante para ofrecer sus servicios.
Ana Romeroidézettelőző év
Algo inherente a la relación entre el ver y lo visto, entre el significado del ver y el del estar o ser visto en cuanto confirmación reconfortante de la existencia, me pareció de súbito un enigma candente que se sustraía a toda denominación. Si, en aquella ladera, alguien me hubiese dicho que la incapacidad de resolver o siquiera nombrar ese enigma podía ser causa de muerte, me lo habría creído
Ana Romeroidézettelőző év
Mi padre me leía en voz alta, pero en italiano, que yo no entendía. No hay que entenderlo todo, decía él, y seguía leyendo; con el tiempo, las palabras adquirieron un efecto sosegador, las encontraba bellas y las interpretaba a mi manera.
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