Melissa Broder

La aprobación de los demás es el peor de mis malos rollos.

has decidido no estar nunca satisfecha, tienes que encontrar la manera de volver siempre los cumplidos en tu contra, reconvertirlos en una prisión, que es exactamente lo que hice.

Mi primer día en el mundo descubrí lo que supone no estar nunca satisfecha.

Es una herramienta útil mediante la cual percibes cualquier cosa positiva que te suceda como un error, algo subjetivo y/o nunca como resultado de tus propios méritos.

hubiera dicho que yo era fea, me habría pasado el resto del tiempo que estuve en el hospital tratando de convencerle de que era una belleza.

Estoy segura de que enseguida empecé a compararme con todos ellos y perdí.

Era como si supieran asumir la existencia sin el menor esfuerzo

omnisciente que pudiera llenar todos mis agujeros. El mundo ya no era suficiente y, por supuesto, yo tampoco lo era.

Deseaba tener a alguien a quien volverme y soltarle un «oh, dios mío», pero solo me tenía a mí misma. Y no era suficiente.

Siempre he tenido dificultades para establecer los límites. Y siempre me ha costado alcanzar el orgasmo con otro ser humano.