Ese olor peculiarmente dulce a ropa limpia es como una cerilla que raspa contra una intensa sensación de anhelo. Me obsesiona. Una bufanda que compré por eBay me llega con perfume a jabón y me debato entre escribirle o no a la vendedora para preguntarle con qué marca la lavó. Yo compro jabón sin perfume porque tengo dermatitis, no me termina de convencer la idea de comprar toallitas suavizantes para la secadora, pero parte de mí sigue queriendo que mi vida tenga aroma a suburbio.