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Simone de Beauvoir

  • Iyali Yamile Almaraz Jimenezidézett9 hónappal ezelőtt
    «Soy una mujer»; esta verdad constituye el fondo del cual se extraerán todas las demás afirmaciones. Un hombre no comienza jamás por presentarse como individuo de un determinado sexo: que él sea hombre es algo que se da por supuesto
  • Rebecaidézett2 évvel ezelőtt
    Pero el nominalismo es una doctrina un poco corta; y a los antifeministas les es muy fácil demostrar que las mujeres no son hombres.
  • Rebecaidézett2 évvel ezelőtt
    Rechazar las nociones de eterno femenino, de alma negra, de carácter judío, no es negar que haya hoy judíos, negros, mujeres; esa negación no representa para los interesados una liberación, sino una huida inauténtica
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    Las mujeres que afirman que son hombres, no reclaman por ello menos miramientos y homenajes masculinos.
  • Rebecaidézett2 évvel ezelőtt
    a pesar de su evidente fragilidad; ella negaba su debilidad femenina, pero lo hacía por amor a un militante del cual se quería igual. La actitud de desafío en que se crispan las americanas demuestra que están obsesionadas por el sentimiento de su feminidad.
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    la Humanidad se divide en dos categorías de individuos cuyos vestidos, rostro, cuerpo, sonrisa, porte, intereses, ocupaciones son manifiestamente diferentes.
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    tales diferencias sean superficiales; tal vez estén destinadas a desaparecer.
  • Rebecaidézett2 évvel ezelőtt
    encia.

    Si su función de hembra no basta para definir a la mujer, si rehusamos también explicarla por «el eterno femenino» y si, no obstante, admitimos que, aunque sea a título provisional, hay mujeres en la Tierra, tendremos que plantearnos la pregunta: ¿qué es una mujer?
  • Rebecaidézett2 évvel ezelőtt
    n hombre no comienza jamás por presentarse como individuo de un determinado sexo: que él sea hombre es algo que se da por supuesto. Es solo de una manera formal, en los registros de las alcaldías y en las declaraciones de identidad, donde las rúbricas de masculino y femenino aparecen como simétricas.
  • Rebecaidézett2 évvel ezelőtt
    La relación de los dos sexos no es la de dos electricidades, la de dos polos: el hombre representa a la vez el positivo y el neutro, hasta el punto de que en francés se dice «los hombres» para designar a los seres humanos, habiéndose asimilado la acepción singular de la palabra «vir» a la acepción general de la palabra «homo». La mujer aparece como el negativo, ya que toda determinación le es imputada como limitación, sin reciprocidad. A veces, en el curso de discusiones abstractas, me ha irritado oír que los hombres me decían: «Usted piensa tal cosa porque es mujer.» Pero yo sabía que mi única defensa consistía en replicar: «Lo pienso así porque es verdad», eliminando de ese modo mi subjetividad. No era cosa de contestar: «Y usted piensa lo contrario porque es hombre», ya que se entiende que el hecho de ser hombre no es una singularidad; un hombre está en su derecho de serlo; es la mujer la que está en la sinrazón.
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