Mauro Libertella

Nadie tiene el control pleno de lo que escribe ni de lo que dice. La vida personal se filtra siempre, aunque en apariencia estemos hablando de otra cosa.

Vivir en pareja obliga a pequeñas renuncias –el derecho imprescriptible a estar en silencio cuando queremos, disponer de los ambientes con un cierto desparpajo, abandonarse a una forma primitiva del desorden– y a grandes concesiones.

Su modo de conjurar el primer duelo era ese, el de la organización.

A LOS POCOS MESES DE SU MUERTE ME AFICIONÉ A LA LECTURA de novelas y relatos sobre la muerte

Cada vez que alguien pasaba cerca mío, yo podía percibir una mínima electricidad, mezcla de compasión y vergüenza.

El hueco en la tierra está abierto; es perfecto y terrible

era un autómata en su último gesto

Supongo que fue una linda forma de morir, entre sus libros y en su propia casa, donde en sus últimos años ya había estado muriéndose de a poco

Me lo imaginé a él durmiendo en una de esas camas perdidas del hospital, y en ese momento me di cuenta de que mi viejo se iba a morir.

Me lo imaginé a él durmiendo en una de esas camas perdidas del hospital, y en ese momento me di cuenta de que mi viejo se iba a morir