Gueorgui Gospodínov

  • Malena Tejedaidézett2 évvel ezelőtt
    ¿Dónde vivir, sino en los días…?
  • Rafael Ramosidézettelőző év
    No hay nada casual a día de hoy en esta avalancha de personas que han perdido la memoria… Están aquí para decirnos algo. Y, créeme, algún día, más pronto que tarde, muchos empezarán por sí solos a descender al pasado, a «perder» la memoria por propia voluntad. Se avecinan tiempos en los que cada vez más personas desearán cobijarse en la cueva del pasado, volver atrás. Y no por buenas razones, precisamente. Debemos tener preparados los refugios antiaéreos del pasado. Llámalos «cronorrefugios», si lo prefieres, o «refugios históricos»
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Yo sabía que no tenía que hablar de nada que hubiera escuchado en casa, no fuera a ser que viniera la milicia y les arruinara yo la vida a ellos. Una larga cadena de secretos y mentiras que hacía de nosotros una familia normal. Como todas las demás. Este era el mejor truco de la conspiración: ser como todos los demás.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    La tinta invisible
    A los cinco años aprendí a leer, a los seis aquello ya era una enfermedad. Engullía libros indiscriminadamente. Una suerte de bulimia de la lectura. Leía lo que fuera que encontraba y pronto llegué a la estantería de mi madre y a aquel volumen morado de tapas duras y título robusto: Criminalística.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    La criminalística burguesa, después de todo, había descubierto «algunas cosillas», como el detector de mentiras, la psicología judicial, la dactiloscopia. Me gustaba el título Huellas dactilares (1897), de un tal Francis Galton, criminalista burgués.
    Aunque en el origen de la criminalística revolucionaria estaba Lenin, por supuesto. Se notaba que llevaba lo criminal en la sangre. Al mismo tiempo había sentado las bases de todas las demás ciencias, y todos los libros de texto lo corroboraban in-con-di-cio-nal-men-te (su palabra favorita). «El lenguaje es el instrumento más importante de la comunicación humana», podía leerse sobre la pizarra de clase. Ese genio de lo banal.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Einstein: «Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre le quedarían tan solo cuatro años de vida».
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Todos los años se sacrifican mil seiscientos millones de vacas, ovejas y cerdos y veintidós mil quinientos millones de aves para el consumo humano. Nosotros somos el infierno de los animales, el apocalipsis de los animales.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Voy desarrollando una memoria peculiar de esos lugares sin memoria, los hoteles. La habitación de hotel ideal no debe recordar a ninguna presencia anterior. La limpieza después de que el huésped se haya marchado significa, por encima de todo, borrar la memoria. La cama debe olvidar el cuerpo anterior, hay que poner sábanas nuevas, estirarlas, hay que fregar el baño hasta sacarle brillo. Cualquier rastro de una presencia humana anterior —un pelo en la sábana, una leve mancha de pintalabios en la almohada— supone un fracaso. Solo el olvido es aséptico.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Siempre he estado muerto. Y siempre ha estado oscuro. Si la muerte es la oscuridad y la ausencia de los otros…
  • R Güemesidézett2 évvel ezelőtt
    Cada segundo, en este mundo, hay una larga fila de gente que llora. Y otra, más pequeña, de gente que ríe. Hay también una tercera fila que ya ni llora ni ríe. Es la más triste de todas
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