no quiero que se acuerde ahora de que yo alguna vez dejé de quererle
Miri Picazoidézettelőző év
Víctor había firmado el acuerdo de divorcio con la corbata roja que se ponía en los días alegres.
Sandra Pérez Castrejónidézettelőző év
LA NATURALEZA DEL AMOR
Luz Adrianaidézettelőző év
la mujer empieza a calcular en qué año dejó comprar un ramo de rosas el día de San Valentín
Luz Adrianaidézettelőző év
Pasan meses y meses atrapados por la melancolía. Cuando se ponen de acuerdo, los dos se saben destinados a odiarse hasta la muerte, con la misma locura con que se juraron amor eterno.
Luz Adrianaidézettelőző év
Me miró con los ojos inyectados de sangre, sí, inyectados de sangre, estaban rojos, duros, ajenos, sin lágrimas ni súplicas, y no me dio tiempo a esquivar el marco de metacrilato que me clavó en la sien.
Miri Picazoidézettelőző év
eso comprobamos que muchas escritoras empiezan a hacerlo en la madurez, cuando se acaba el cuidado de los hijos y luego de
Miri Picazoidézettelőző év
padres, mientras duran las fuerzas y el entusiasmo.
Siempre que hablamos de este fenómeno nos viene a la cabeza la contestación que dio Alice Munro, premio Nobel de Literatura, cuando le preguntaron por qué escribía cuentos y no novelas: se acostumbró a escribir en el horario de la siesta de sus hijas.
Miri Picazoidézettelőző év
literatura existe gracias a la tradición oral, y sin la memoria y la presencia de las escritoras, la historia no estaría completa.
Miri Picazoidézettelőző év
le preguntas a una escritora cuáles son sus referentes literarios, también hablará más de hombres que de mujeres, porque es lo que hemos mamado, porque ellas no aparecen en los libros de texto, porque no hay tantos refe
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