Sergio Pitol

  • Jośe Carrasco Amadoridézett2 hónappal ezelőtt
    El libro realiza una multitud de tareas, algunas soberbias, otras deplorables; distribuye conocimientos y miserias, ilumina y engaña, libera y manipula, enaltece y rebaja, crea o cancela opciones de vida. Sin él, evidentemente, ninguna cultura sería posible.
  • Jośe Carrasco Amadoridézett2 hónappal ezelőtt
    Quienes odian los libros también odian la vida.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    ... Sé que hubo un día en que supe que era la poesía lo que más me importaba, lo que más me importaría en la vida. La poesía en su sentido más amplio y desaforado, la ebriedad sin tiempo de una boca amada, el aroma de un eucaliptus, el laberinto interno de tu reloj de cuarzo, de tu procesador de datos, un atardecer, un gol, un sorbete de curuba, una voz familiar, Mozart, entender una cosa nueva, una crema de ostras, el galope de un caballo, en fin, tantas cosas que son la poesía en su más amplio sentido. Y luego, también, más tarde, digamos en 1962 o 1963, la pasión en su sentido más restringido, o sea, la capacidad de alucinar con la palabra escrita.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    En la oscuridad el cuerpo estalla en fragmentos que se convierten en objetos separados. Existen por sí mismos. Sólo el tacto logra que existan para mí. El tacto es limitado. A diferencia de la vista, no abarca a la persona completa. El tacto es invariablemente fragmentario: divide las cosas. Un cuerpo conocido a través del tacto no es nunca una entidad; es, si acaso, un suma de fragmentos.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Yo adoro a los excéntricos. Los he detectado desde la adolescencia y desde entonces son mis compañeros. Hay algunas literaturas en donde abundan: la inglesa, la irlandesa, la rusa, la polaca, también la hispanoamericana. En sus novelas todos los protagonistas son excéntricos como lo son sus autores. Laurence Sterne, William Beckford, Jonathan Swift, Nicolái Gógol, Tomasso Landolfi, Carlo Emilio Gadda, Witold Gombrowicz, Bruno Schulz, Stanisław Witkiewicz, Franz Kafka, Ronald Firbank, Samuel Beckett, Ramón del Valle-Inclán, Virgilio Piñera, Thomas Bernhard, Augusto Monterroso, Flann O’Brien, Raymond Roussel, Marcel Schwob, Mario Bellatin, César Aira, Enrique Vila-Matas son excéntricos ejemplares, como todos y cada uno de los personajes que habitan sus libros, y por ende sus historias son diferentes de las de los demás. Hay autores que sin ser del todo “raros” enriquecieron su obra con la participación de un abundante elenco de personajes excéntricos: bufonescos o trágicos, demoniacos o angelicales, geniales o imbéciles, al fin y al cabo casi siempre todos “inocentes”.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Para los meridionales el sentimiento del placer es una realidad y una necesidad cotidiana; parecería que desde niños supieran orientarse en sus laberintos y conocieran todas las argucias para obtenerlo con la mayor intensidad posible. Fuera del placer sólo existe otro afán: ocultar al exterior las posibles zozobras íntimas.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Robert Graves decía que la obligación primordial del escritor consiste en trabajar, sin concederse tregua, en, desde, con y sobre la palabra.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    ‘La búsqueda de oro es en los europeos una enfermedad que raya en la demencia’. Firmaba Humboldt”.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    “La tarea que me he propuesto realizar a través de la palabra escrita es hacer oír, hacer sentir y, sobre todo, hacer ver. Sólo y todo eso.” Son palabras de Joseph Conrad.
  • Adal Cortezidézettelőző év
    Cortázar opina: “Un cuento es malo cuando se lo escribe sin esa tensión que debe manifestarse desde las primeras palabras o las primeras escenas. Las nociones de significación, de intensidad y de tensión han de permitirnos acercarnos a la estructura misma del cuento”.
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