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Barbara Ehrenreich

  • mariaidézett2 évvel ezelőtt
    que conceden todo lo que se les pide, y que solo están esperando órdenes.
    Así que hace más de cien años que los pensadores positivos se han hecho un hueco en el seno del protestantismo, a través del Nuevo Pensamiento y de la Iglesia de la Unidad. Entonces, ¿por qué se han convertido en una fuerza tan potente a finales del siglo XX? Se podría decir que por simple contagio: a las iglesias les llega la influencia de la calle, y ciertamente a finales de la década de 1990 no había más que pensamiento positivo en los manuales de gestión empresarial, en los de autoayuda y hasta en los libros de dietas
  • mariaidézett2 évvel ezelőtt
    Una de las cosas que aprendieron de los estudios de mercado es que la gente no quería que le estuvieran dando la lata con el pecado, ni en general con nada que les hiciera sentir culpables. Si uno solo dispone de un día a la semana en que no tiene que trabajar, ni hacer recados o poner lavadoras, no está dispuesto a que se lo amarguen con la amenaza del infierno. Las megaiglesias (y las que aspiran a ese estatus) necesitaban sustituir las bases del cristianismo por otra cosa, y la mayoría de ellas lo ha sustituido por el pensamiento positivo; no porque sea bíblicamente “verdadero” o lo apoyen las Escrituras, sino porque garantiza la satisfacción del “cliente”, que es como muchos pastores se refieren a su parroquia
  • mariaidézett2 évvel ezelőtt
    Hasta que Seligman empezó a ejercer su influjo en la práctica de la psicología, el pensamiento positivo no cotizaba en el mundo académico. Los intelectuales de la década de 1950 se habían tomado a broma a Norman Vincent Peale, y cuarenta años después sus colegas seguían considerando ese tipo de ideas como corrientes populares pasajeras, cosa de charlatanes
  • mariaidézett2 évvel ezelőtt
    Seligman desvió la crítica implícita de mis comentarios hacia su coautor de siempre, Ed Diener. Según dijo, Diener “siempre está con el dibujo de la carita sonriente”, y solo va a “que la gente se sienta mejor”; mientras que él, Seligman, se ocupa “de que todo sea significativo y tenga un propósito”. La lealtad, concluyo yo, no debió de puntuar lo suficiente como para figurar en su lista de virtudes
  • mariaidézett2 évvel ezelőtt
    El propio Seligman rechaza explícitamente el cambio social. Según ha escrito, hablando del papel que juegan las “circunstancias” en la felicidad humana: “La buena noticia es que las circunstancias a veces cambian la felicidad para mejor. La mala es que cambiar esas circunstancias generalmente no sirve para nada y sale caro.”52 No hará falta señalar que este es el mismo argumento (“no sirve para nada y sale caro”) que se ha utilizado siempre contra las reformas sociales, sea la abolición de la esclavitud o la equiparación salarial de hombres y mujeres.
    Pero la principal contribución de los psicólogos positivos al sistema establecido es su afirmación de que se ha “hallado” que las circunstancias juegan un papel secundario en la
  • XRicardo CartasXidézett2 évvel ezelőtt
    Hace unos diez años empecé a ver claramente que la sociedad estaba arrojando otra carga injusta e inoportuna sobre los pacientes, una carga que parecía venir de las creencias populares sobre la conexión cuerpo-mente. Los pacientes empezaban a venirme con historias sobre amigos bienintencionados que les habían dicho: ‘He leído todo lo que se ha escrito sobre esto, y si tienes cáncer es porque debes de haberlo deseado’. Y todavía era más estremecedor que algunos te dijeran: ‘Sé que tengo que
  • XRicardo CartasXidézett2 évvel ezelőtt
    Está claro que el peso de no ser capaz de pensar en positivo gravita sobre el paciente como una segunda enfermedad.
  • XRicardo CartasXidézett2 évvel ezelőtt
    El cáncer de mama, ahora puedo decirlo con conocimiento de causa, no me hizo más bella ni más fuerte ni más femenina, ni siquiera una persona más espiritual.
  • XRicardo CartasXidézett2 évvel ezelőtt
    Lo que me dio, si es que a esto lo queremos llamar “don”, fue la oportunidad de encontrarme cara a cara con una fuerza ideológica y cultural de la que hasta entonces no había sido consciente; una fuerza que nos anima a negar la realidad, a someternos con alegría a los infortunios, y a culparnos solo a nosotros mismos por lo que nos trae el destino.
  • XRicardo CartasXidézett2 évvel ezelőtt
    Porque el pensamiento positivo no es solo una especie de difuso consenso cultural, que se disemina por contagio; tiene sus ideólogos, sus portavoces, sus predicadores y sus comerciales, que son los autores de libros de autoayuda, los oradores motivacionales y los “coach” o entrenadores. En 2007, me aventuré en una de sus grandes reuniones anuales, una convención
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