Marina Galarregui

Por un lado, los perfeccionistas desadaptativos sostienen una opinión de sí mismos que depende exclusivamente de cuán bien creen que han alcanzado sus propias metas.

Los estándares de los perfeccionistas, además de ser excesivamente elevados, tienden también a ser sumamente rígidos. Debido a esto, el enunciado de dichos estándares usualmente se acompaña de adverbios como “siempre” y “nunca”.

Así, y dado que sus estándares son excesivamente elevados, las personas perfeccionistas usualmente son sumamente autocríticas y están insatisfechas con su desempeño y sus logros, aun cuando la evidencia al respecto sea favorable.

esto se complica por el hecho de que los perfeccionistas tienen estándares excesivamente altos o poco realistas, lo que aumenta la probabilidad de que la persona no los alcance y, en consecuencia, se critique duramente.

En lugar de percibir una situación en forma global, valorando los elementos negativos y positivos, la persona se concentra en los elementos negativos, desechando los positivos.

el ámbito académico centrarse en estudiar detalladamente bibliografía que no es central o relevante para la materia en cuestión puede dificultar el cumplimiento de los objetivos básicos de aprendizaje.

Cuando sienten que no están alcanzando sus propios estándares las personas perfeccionistas experimentan frustración y malestar.

Una técnica que puede resultar de gran utilidad para aprender a identificar y monitorear los pensamientos perfeccionistas es el registro diario de pensamientos.

La rigidez con la que se ejecutan las conductas, su carácter estereotipado y excesivo, es lo que determina la incapacidad para aprender de las experiencias y convierte al perfeccionismo en un estilo de afrontamiento particularmente problemático.