Idézetek
—¿Y qué hay de ti? —pregunté—. ¿Qué quieres hacer cuando todo esto acabe?
—¿En serio? —Cuando asentí con la cabeza, él bajó la suya y me dio un beso rápido en la punta de la nariz—. No puedo creer que tengas que preguntármelo. Planeo estar donde quiera que estés tú.
—¿En serio? —Cuando asentí con la cabeza, él bajó la suya y me dio un beso rápido en la punta de la nariz—. No puedo creer que tengas que preguntármelo. Planeo estar donde quiera que estés tú.
—Con mi espada y con mi vida, juro mantenerte a salvo, Penellaphe —dijo, su voz grave y suave. Me recordó a un delicioso chocolate de sabor intenso—. Desde este momento hasta el último, soy tuyo.
Para aquellos que nunca dejan de creer,
que nunca dejan de intentarlo y que nunca pierden la esperanza.
que nunca dejan de intentarlo y que nunca pierden la esperanza.
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