Una historia de amor puro y valentía grande, espontánea, lejos de clamores, para recordarnos que cada asunto, hasta el más triste y definitivo, trae consigo respuestas y un nuevo impulso para volver a comenzar. Es a nosotros a quienes corresponde, siempre, transformar el dolor en ocasión de reflexión y deseo de soñar todavía.
Federico Moccia