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Lea Ypi

  • Carlos Vasquezidézett2 évvel ezelőtt
    Los bostezos fingidos, aquella escenificación de quedarse en la cama y la simulada indecisión te hacían pensar que lo que habían querido todos esos años no era que sucedieran cosas concretas, sino que siguieran existiendo posibilidades abstractas.
  • María Mendozaidézettelőző év
    Cuando mi abuela se enteró se puso a gritar, casi fuera de sí, que la violencia contra los niños no difería en nada de la violencia de Estado.
  • María Mendozaidézettelőző év
    Ellos no tenían nada. Nosotros sabíamos que no lo teníamos todo. Pero nos bastaba; todos teníamos las mismas cosas, además de lo que más importaba: la verdadera libertad
  • María Mendozaidézettelőző év
    Nosotros teníamos libertad para todos, no solo para los explotadores. No trabajábamos para los capitalistas, sino para nosotros mismos, y compartíamos el producto de nuestro trabajo. No conocíamos la codicia ni tampoco sentíamos envidia. Todos teníamos nuestras necesidades satisfechas y el Partido nos ayudaba a desarrollar nuestro talento
  • María Mendozaidézettelőző év
    La tienda valuta era el lugar donde los sueños se hacían realidad. Aunque, según la profesora Nora, no eran sueños, sino meras aspiraciones capitalistas.
  • María Mendozaidézettelőző év
    un modesto precio que debían pagar los viajeros del mundo para visitar un país cuyos ciudadanos solo podían viajar con su imaginación
  • María Mendozaidézettelőző év
    Los turistas llevaban cámaras Nikon, dispuestos a captar la grandeza de nuestro pasado y la miseria de nuestro presente, o la grandeza de nuestro presente y la miseria de nuestro pasado, según el punto de vista de cada uno. Los turistas sabían que la posibilidad de captar buenas imágenes con sus cámaras dependía en gran medida de la buena voluntad de los guías locales. Lo que no sabían era que muchos de esos guías trabajaban para el servicio secreto. No sabían hasta qué punto estaba todo en manos de los guías
  • María Mendozaidézettelőző év
    Un turista nunca llegaba solo; siempre era parte de un grupo. Años después descubrí que había dos clases de grupos: los realistas y los soñadores. Los soñadores pertenecían a grupos marginales marxista-leninistas. La mayoría venía de Escandinavia y estaban furiosos con la ruina social conocida como «socialdemocracia»
  • María Mendozaidézettelőző év
    Esos grupos de turistas eran nuestros camaradas internacionales. Se preguntaban cómo podían exportar nuestro modelo. Siempre nos saludaban y sonreían, incluso desde lejos. Creían en la revolución mundial
  • María Mendozaidézettelőző év
    La verdad era política. Y ellos no tenían más que una opinión política: el socialismo era contrario a la naturaleza humana, en cualquier lugar y en cualquier forma. Siempre lo habían sospechado. Pero, después de hacer el viaje, tenían la certeza
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