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Kurt Vonnegut

  • Ingrid Gutiérrez Sánchezidézettelőző év
    un tema que te importe a ti y que en tu corazón sientas que debería importarles también a los demás
  • Diana Riveraidézett10 hónappal ezelőtt
    cuando una persona muere solo aparenta morir. Sigue viva en el pasado, así que es una tontería que la gente llore en su funeral. Todos los momentos, pasados, presentes y futuros, han existido siempre y siempre existirán.
  • Diana Riveraidézett10 hónappal ezelőtt
    Era absolutamente necesario recurrir a la crueldad porque Billy no hacía nada por salvarse. Billy quería abandonar. Tenía frío, hambre y vergüenza, y era un inútil. Después de esos tres días, apenas sabía si estaba despierto o dormido, y tampoco veía muchas diferencias entre andar o estar quieto.
  • Sócrates Ramírezidézettelőző év
    “Encuentra un tema que te importe”.
  • Sócrates Ramírezidézettelőző év
    Encuentra un tema que te importe y que en tu corazón sientas que debería importarle también a los demás [énfasis añadido]. Esta preocupación genuina —y no cómo juegues con el lenguaje— será el elemento más convincente y seductor de tu estilo.
  • marteidézett2 évvel ezelőtt
    El puente sobre el río del búho, de Ambrose Bierce.
  • marteidézett2 évvel ezelőtt
    Sophisticated Lady, de Duke Ellington y la estufa Franklin.
  • marteidézett2 évvel ezelőtt
    Se dan cuenta de que todas las grandes obras de la literatura (Moby Dick, Huckleberry Finn, Adiós a las armas, La letra escarlata, La roja insignia del valor, La Ilíada y La Odisea, Crimen y castigo, la Biblia y «La carga de la brigada ligera») tratan de lo coñazo que es ser un ser humano? (¿Y a que es un alivio tener a alguien que lo diga?).
  • marteidézett2 évvel ezelőtt
    Carl Sandburg, de Illinois, y a Abraham Lincoln, de Kentucky
  • marteidézett2 évvel ezelőtt
    Por cierto, Adolf Hitler daba dos por el precio de uno. Llamó a su partido el de los nacional socialistas, los nazis, y su esvástica no era un símbolo pagano, como cree mucha gente, sino la cruz cristiana del trabajador, formada por hachas, por herramientas.

    En cuanto a las iglesias tapiadas de Stalin y las de China actualmente: esta supresión de la religión está supuestamente justificada por la afirmación de Karl Marx de que «la religión es el opio del pueblo». Pero Marx dijo eso allá por 1844, cuando el opio y sus derivados eran los únicos calmantes eficaces que se podían tomar. El propio Marx los había tomado y agradecía el alivio momentáneo que le habían proporcionado. Con aquella frase no hacía más que constatar, que no condenar, el hecho de que la religión también podía reconfortar a los desfavorecidos económica o socialmente. Era un comentario despreocupado, no una máxima.
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