Cynthia había perdido las dos cosas que más amaba en el mundo: primero Peter, el hombre con el que se iba a casar, y luego Birch Vale, la finca que había sido el orgullo de su familia.
Ella no había podido ayudar a no perder a Peter. Birch Vale era otro asunto. Quizás ella podría aferrarse a eso. Pero estaban las deudas de su padre para pagar…
Al final, vendió la propiedad a un hombre ardiente llamado Robert Shelford, un hombre misterioso, al que odiaba a pesar de su buena apariencia y a pesar de la resistencia de Cynthia, Shelford, se propuso atraerla a su vida, una vida llena de escándalo, misterio y pasión…