No era feliz, pero mis días por entonces eran tranquilos.
Brenda Jiménezidézett7 hónappal ezelőtt
Los veranos de mi infancia transcurrieron en el campo, en la casona de mis abuelos.
Cidézettelőző év
Mientras la dejaras hablar sin contradecirla, el desayuno transcurriría igual que una de esas películas japonesas que tanto le gustaban a ella; pelis en las que nunca pasaba nada y la violencia se intuía por el silencio y la exasperante lentitud de las cosas.
Luz Adrianaidézettelőző év
Todavía no te habían alcanzado la tristeza ni el sufrimiento.
Luz Adrianaidézettelőző év
y querías creer, como todos los hombres, que estabas al abrigo de toda tragedia
Luz Adrianaidézettelőző év
y después una tristeza como de oscuro fondo marino, de algas que se te enredaban en el cuello y apretaban la garganta.
Luz Adrianaidézettelőző év
Y llora un poco, se ríe y se dice que una noche –todos mis barcos se llaman Titanic, se lamenta–, en el agua helada, lejos de la costa envuelta en niebla, entre jirones de espuma, el viento, Tito M., no cambiará de dirección.
Luz Adrianaidézettelőző év
Cuánto nos sostienen las ficciones (todavía guardo el envoltorio).
Luz Adrianaidézettelőző év
Ahora que lo pienso, no había nada en él que no fuera dolorosamente hermoso:
Luz Adrianaidézettelőző év
lo malo de la vida no es lo que la vida nunca te da, sino perder lo que te ha concedido.