Mostrar y decir

Escribir es una forma de irse haciendo a uno mismo

Y la culpa y la vergüenza provienen de la conciencia, más que de hacer el mal.

George Steiner escribió un ensayo titulado «Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento»

Para mí, la gran aventura de leer no ficción es seguir, como yo digo, a una mente verdaderamente interesante e impredecible en su lucha por enredarse y desenredarse en un problema espinoso, o tal vez frívolo pero que se vuelve complejo al tropezar con una cabeza sofisticada.

En la mejor no ficción, me parece a mí, el lector es consciente en todo momento de asistir a los esforzados trabajos de una inteligencia viva y ágil.

Uno de los líderes de la no ficción, Lee Gutkind, ha afirmado incluso que la meta de la no ficción creativa es «tratar de escribir la verdad y que se lea como un cuento o una novela».

Yo creo que el motivo principal está en que muchos alumnos abordan con más confianza el relato de su vida que el de otra vida imaginada. Creen que tienen poca imaginación y que, por tanto, están mejor equipados para la no ficción.

Porque estoy convencido de que ambas cosas, decir, o exponer, y contar, o relatar, son necesarias en la no ficción.

(1) nunca escribas para saldar cuentas, mira desde el punto de vista del otro y sé tan imparcial como puedas; (2) intenta que tu escritura sea todo lo hermosa de lo que seas capaz, porque una prosa bien forjada invita al perdón –a tu perdón al menos, cuando no al de la parte ofendida.

Joan Didion y Janet Malcolm, que todo escritor es intrínsecamente un traidor capaz de apuñalar por la espalda a cualquiera por una buena frase: