Esta es una lectura que me ha hecho repensar mi relación con mis abuelas,mi madre, mi cuerpo y conmigo misma. Qué suerte que Alejandra haya escrito este libro, no se puede decir mucho, tienes que leerlo para sumergirte en su ternura
Sin palabras. Hay que leerlo porque hay que ser conscientes de la importancia de cuidar a otros, de cuidarnos a nosotras mismas, de dejarnos ser cuidadas.
Como enfermero, soy un cuidador por vocación, la gente denigra muchisimo la profesión, cree que es algo simple, que cobramos más de lo que deberíamos porque solo cuidamos ¿Qué tanto puede ser? Se que no es el tema del libro pero se me hizo imposible no leerlo desde mi perspectiva.
Me gusto el hecho de que la autora investigo y plasmó datos tan ciertos como que en unos años la pirámide poblacional se invertirá y habremos más adultos mayores que jóvenes, lo cuál nos pondrá en jaque con respecto a nuestros cuidadores.
Leí este libro a principios de año, entonces me hizo pensar en mis abuelos especialmente en mi abuela y nuestro futuro, de mi hermana y mío como sus cuidadoras, hoy una pandemia después, el futuro se hizo presente. Al observar a mi abuela enferma y triste, al escucharlos a ambos hablar del cuidado a sus hijos y ver cómo mis abuelos se cuidan entre ellos las palabras de este libro resuenan y cobran sentido
Leí este libro mientras cuido a mi sobrina y estoy al pendiente de su comida, de que no se caiga o lastime y durante su siesta. También pienso en esos sábados en que mi mamá no llega a casa porque le "toca" ir a cuidar a mi Abuela; pienso en quién cuidará de mí o de ella. Hay que hablar sobre el trabajo de cuidados y analizarlo desde nuestras propias experiencias para encontrar las respuestas, o tal vez no.
Que belleza de libro, me encantó
La experiencia, forma de narrar y perspectiva de la autora es fantástica.
Invita a reflexionar y plantearse el cuidado y la vejez desde una perspectiva que casi todos vemos muy lejano
Totalmente recomendado
Lenguaje y ejemplos cotidianos que te acercan a lo no articulado en teoría solo en encuestas y estudios duros; te acercan a la vida privada de lo que sucede a diario con los cuidados, tareas de cuidadores y cuidadores. lo que no ha sucedido pero que sin duda llegará: los cuerpos que eres y que serás a través de tus padres, tus abuelos, tu yo infante. Maravilloso para reflexionar.
La narrativa es muy buena y diferente, gira entorno al trabajo de cuidados, es reflexivo muy al estilo de la escritora. Pone sobre la mesa la desigualdad entre géneros que hay en esta tarea de cuidar, la importancia a nivel emocional que tiene el hacerse cargo de un ser querido con dependencia, y también lo enriquecedor resulta hacerlo.
Una reflexión personal, íntima, acerca del trabajo, la vejez y el trabajo de cuidados que me hizo replantearme mi lugar como hijo, trabajador y como persona. Extra: lloré mucho.
Interesante. 🤔