Imperio inca, que recibía el nombre de Tahuantinsuyu («El país de los cuatro cuartos»), se dividía en cuatro grandes regiones. Cada una de ellas se dividía, a su vez, en provincias y cada provincia era objeto de un desdoblamiento en unidades socioeconómicas más pequeñas hasta llegar a la propiedad familiar, llamada ayllu. Cada una de las cuatro regiones del Tahuantinsuyu estaba dirigida por un alto dignatario, pariente cercano del Inca, cuyas funciones consistían en administrar la provincia, supervisar la gestión, defender los intereses del Estado y hacer que fructificaran los asuntos del imperio.
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