Cuenta la historia del Dr. Wilbur Larch -santo varón y obstreta, eteradicto y abortista, director de un orfanato- y la de su huérfano favorito, Homer Wells, quien nunca consigue ser adoptado. El Dr. Larch siente la obligación moral de liberar a las madres pobres de un embarazo no deseado, antes que admitir en un asilo a sus hijos abandonados. Homer Wells, a quien Larch quiere como a un hijo, al crecer se niega en cambio a «acabar con una vida humana». La novela es, claro, mucho más que un libro sobre el aborto, aun así tratado por Irving con un excepcional conocimiento histórico, médico, legal, filosófico y moral.