dinero echa a un lado muchas interrogantes que de lo contrario se le obligaría a responder, mientras que la única interrogante nueva que plantea es la concreta pero superflua: cómo gastarlo. De esta manera sus pies dejan de pisar terreno moral. Las oportunidades de la vida disminuyen en la misma proporción en que lo que se llaman medios aumentan. Lo mejor que un hombre puede hacer por su cultura, cuando es rico, es proponerse llevar a la práctica aquellos planes que abrigaba cuando era pobre.