Las hermanas Palmer mantienen una relación muy estrecha. Se ven a menudo y cada una se preocupa de los niños, las casas y las mascotas de las otras. Se prestan los libros, comparten ropa y vestimenta para ocasiones especiales. Los teléfonos están con mucha frecuencia ocupados en sus charlas incesantes sobre la familia política y los planes de trabajo y las ansiedades y los triunfos. Nunca mantienen secretos entre ellas, todo parece ser perfecto hasta que Liddy conoce a George, quien tiene un secreto. Stella le cuenta a Bridie el rumor que ha escuchado sobre el nuevo novio de Liddy. Bridie se sorprende, y lo discute con Heather. Pero ¿deberían contárselo a Liddy, y correr el riesgo de arruinar su felicidad recién descubierta? Las hermanas optan por no decirle nada a Liddy, hasta que ella decide casarse con George y las cosas cambian entre ellas. Bridie persuade a sus hermanas para que se lo digan, pero, cuando se lo cuenta, la reacción de Liddy, pidiéndole a su hermana que no vaya a la boda, hace que las otras dos hermanas no quieran saber del tema. Bridie se convierte en la paria, despojada del sistema de apoyo fraterno en el que ha basado toda su vida, pero no está dispuesta a que las cosas terminen así.