Está bien no estar bien

me pregunto si quienes las pronuncian lo hacen solamente para tapar o negar su dolor y su incertidumbre. O, a lo mejor, solo sienten que deben seguir un ‘guion’.

Dios no es un concepto abstracto, sino que se expresa concretamente a través de personas, situaciones, organizaciones y recursos que pone Dios en nuestro camino para completar la tarea que nos ha encomendado.

El lamento es la voz de la fe que lucha por vivir con preguntas no respondidas y sufrimientos sin explicación.

Ir a adorar se puede convertir en un ejercicio de fingimiento y disimulo,

Necesitamos ambas formas de adoración en abundancia mientras vivimos en este mundo maravilloso y terrible.

Parece, de hecho, que son precisamente aquellos que tienen una relación más estrecha con Dios quienes se sienten con la mayor libertad para derramar su dolor y protesta ante Dios sin temor al reproche

Mi fe en Dios, mi amor por él, mi confianza en su gracia y su provisión son realidades de toda la vida y no se las puede borrar de la existencia ante la calamidad. Aun así, no me impedían clamar a Dios en lamentación y protesta.

lograba entender los caminos de Dios. Quería protestar, no alabar.

En el Salmo 77.1–9 leemos este grito:
A Dios elevo mi voz suplicante;
a Dios elevo mi voz para que me escuche.
Cuando estoy angustiado, recurro al Señor;

Cuando la fe se interpreta como una fórmula en contra del sufrimiento, ocasiona más sufrimiento