La Verdad Sobre El Caso Harry Quebert

Sin éxito. Finalmente compré un nuevo ordenador con la esperanza de que incluyera buenas ideas y excelentes tramas. En vano.

«Marcus, ¿sabe cuál es el único modo de medir cuánto se ama a alguien?

—No.

—Perdiendo a esa persona»

La libertad es un combate continuo del que somos poco conscientes

Y yo pensé que una estrella fugaz era una estrella muy bonita que tenía miedo de brillar, y huía lo más lejos posible. Un poco como yo

huyas donde huyas, tus problemas se meten en tu maleta y te siguen a cualquier parte

Y en ese instante me di cuenta, gracias a esa chica de quince años, de que probablemente nunca había conocido el amor. Que seguramente mucha gente no había conocido nunca el amor. Que en el fondo se conformaban con buenos sentimientos, que se enterraban en la comodidad de una vida vulgar y que se perdían sensaciones maravillosas, que son probablemente las únicas que justifican la existencia.

Hizo lo correcto o no?

—No tengo ni idea.

—Yo tampoco. Todo lo que sé es que la vida es una sucesión de elecciones que después hay que asumir.

Y yo pensé que una estrella fugaz era una estrella muy bonita que tenía miedo de brillar, y huía lo más lejos posible. Un poco como yo.

Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar».

Harry, ¿cómo se sabe que un libro está terminado?

—Los libros son como la vida, Marcus. Nunca se terminan del todo.