«Cuando vas al cine de pequeño, no sabes que hay alguien detrás de la cámara», dice. «Simplemente piensas que son los actores los que lo hacen todo. Tardas en darte cuenta de que no es así. “Eh, espera un segundo. Eso es hermoso. Y ese nombre creo que aparece muy seguido. Todas estas películas tienen algo que ver con los caballos, o con la vida familiar, como Qué verde era mi valle, El delator, Las uvas de la ira. Las imágenes, las nubes oscuras, las siluetas recortadas contra las colinas, la música...” Sí, creo que te das cuenta de que lo que estás viendo es poesía. Yo era de una familia que no tenía libros en casa, y tuve que descubrirlo todo solo.»