La Kiss Cam de Centre Bell

Dije que me gustas, Harper,

―Siempre que tiene un problema hace bomba de humo, y cuando vuelve, hace como si nada.

Mucho más de lo que puedas creer.

Y, ¿sabes? Tú también me gustas a mí, Harper.

Y es que, madre mía, me gustaba más de lo que era capaz de admitir.

―Por mí ―canturreó haciéndome reír.

Mentira.

Pero grande, grande.

Si supieras lo que me haces sentir con tus palabras, no repetirías esa frase, Harper Cameron.

«Yo también tengo uno», pensé en un suspiro cuando noté un cosquilleo en todo el cuerpo al escuchar su voz.

«no sabes cuánto te gusta Harper hasta que pasas un día entero sin hablar con ella».