Dios está en Control

La primera forma de solucionar nuestros problemas es:
1. Nunca jamás pierdas la esperanza

“Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él”. Salmo 118.24

Todos los días nos enfrentamos con problemas. Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción” (Juan 16.33).

Señor Jesucristo está en el negocio de levantar cabezas.

Renuncio a vivir angustiado, con celos, con envidias y con los mismos problemas de siempre.
Me niego a seguir viviendo con dudas, con el mismo dolor de siempre, con las mismas inseguridades, con la baja autoestima y con pensamientos equivocados de que no me quieres, de que te olvidaste de mí. Perdóname, Señor. Hoy cierro todas esas puertas para siempre y recibo tu paz.
Establece tu paz en mi vida. Decido no tener miedo, no angustiarme, no entristecerme, no desesperarme, porque tu paz va a gobernar mi vida a partir del día hoy. Afino mi oído a tu voz y a tu voluntad. Quiero tu paz, Señor. La necesito urgentemente.
En el nombre de Jesús. Amén”.

Por más horrible que esté la cosa, por mas líos y problemas que esté viviendo, yo sé que mi Dios tiene la capacidad de darle la vuelta a todo eso y convertirlo en una bendición.

eres una idea de Dios. No eres un accidente. Somos dueños de increíbles potenciales, pero nuestros complejos nos impiden que todo ese potencial se pueda desarrollar. Dios no quiere que estés detenido ni anclado. Es tiempo de zarpar y buscar qué es lo que Dios depositó dentro de ti para que lo empieces a sacar: ¡Prohibido morirse e irse a la tumba con todo lo que Dios puso dentro de ti!
Cuando Él te hizo sopló aliento de vida a tu interior. Dentro de ti está el aliento de Dios. Con ese mismo aliento Dios hizo todo el universo y esa vida en abundancia está dentro de ti.
Estas heridas del alma nos impiden sacar el aliento de Dios que está en nosotros.

No andes bajando a Dios a la tierra, súbele tus problemas al Señor, allá arriba al cielo, allá arriba siempre va a haber solución. Nunca rebajes a Dios, rebaja tus problemas.
No minimices al Señor. Saca de tu mente ese Dios humano que tienes, ese Dios hecho a tu propia imagen. No humanices a Dios

o que tienes que hacer es agarrar tu problemita y subirlo allá arriba. Súbelo al cielo, llévaselo al Señor. No lleves al Señor hacia tu problema, sino traslada tu problema a tu Dios.

Nunca tomes decisiones importantes cuando andas cansado