No logré conectar con la autora, pero aún así hubo momentos de la lectura que me hicieron llorar.
Me gustó que me hizo reflexionar sobre cómo es acompañar a una persona con Alzheimer y vivir junto a ella un proceso de muerte asistida. En algún punto de la lectura sentí una postura racista por parte de la autora y hubo otro momento incómodo cuando opinó algo acerca del feminismo, no entendí muy bien ese par de comentarios; siento que estuvieron de más y no sumaron nada para mí.
En general, la lectura me gustó a secas.