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Antonio Ortuño

Méjico

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  • Mariela Rafaelaidézett5 évvel ezelőtt
    Pero el valor nunca ha parado las olas o las tormentas
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    Ramón le dijo alguna vez, en uno de sus arranques, que los hombres, desde Caín, sólo habían conseguido parecerse en algo: todos eran criminales.
    Se miró las manos.
    Delincuentes, sí.
    Forajidos ganándose el jornal.
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    Le hizo un cariño en el mentón con su manaza de rinoceronte. Y agregó: sólo te pido una cosa, reinita; la próxima vez que salgas como nuestra Madre Patria, no pronuncies tanto la zeta.
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    Una mañana, fíjese, le tocó a la puerta a mi abuela, la Ana, allá en Bogotá, y tenía una máscara de oro puro sobre la cara, una de esas precolombinas, como si fuera el gran cacique que hubiera vuelto por su amada. Es la historia más linda del mundo, sabe usted. Pero como se ríe, esta vez no se la voy a contar, no voy a contarle nada.
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    Un balazo en Méjico era una flor en el jardín o la lluvia en la cara, un fenómeno que no importaba a nadie, salvo a quien gozara de él.
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    Su hermano había conquistado el mundo y él no iba a rendirse.
    Se apellidaba Almansa.
    Apretó los puños y se lanzó sobre el enemigo.
    Un revés lo devolvió a los suelos.
    Un disparo
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    —Nos odian pero les gusta que hayamos venido como pordioseros. Les gusta tanto que nos ofrecen posiciones exageradas. Más de uno que era ganapán en Madrid aquí es catedrático. Es rarísimo. Digámoslo así: lo mejicanos detestan a los españoles y para lo único que los quieren es para casarse con sus hijas.
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    laquita, como él las prefería.
    —Golda me puse pol cuidalte estos años, negro de mielda, por dalte tres hijos, hijueputa, ¡tres hijos! —lloraba ella, sin dejar de lanzarle cachivaches con puntería de pitcher de beisbol.
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    Es tu pinche bronca y algo tienes que hacer para protegernos. Así de sencillo y complejo fue su dictamen y así se vio Omar proyectado a un territorio de pánico y supervivencia del que habría preferido alejarse.
  • Miguel Alejandro Leónidézett5 évvel ezelőtt
    Se despidieron con abrazos y promesas de reencuentro que eran quiméricas y nunca cumplieron.
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