Chico conoce a chico

No… No pasa nada. Es una de esas conversaciones que no te apetece sacar, aunque siempre acaba saliendo a relucir y esperas que al contarlo pierda importancia. No es nada del otro mundo. Me gustaba mucho un chico y creía que yo a él también le gustaba, aunque no fue así. Era mi primer novio y lo convertí en el centro de todo: mi nueva vida, mi nuevo amor, mi nuevo punto cardinal. Supongo que es el peligro que se corre con los primeros: pierdes el sentido de la proporción. De modo que hice el ridículo, aunque en ese momento no me di cuenta. Yo estaba entregado por completo. —Ese «entregado» va marcado con una cursiva de sarcasmo y subrayado con dolor—. Y él pasaba de mí olímpicamente. Era un año mayor que yo y durante un tiempo esa fue mi excusa para no darme cuenta de que me engañaba con la mitad de su clase. Pensé que sabía cómo era, pero se demostró que no. Y él ni siquiera intentó conocerme.

Tú sólo escucha la música y dibuja. Sigue el sonido. Olvida las reglas. No te preocupes de que quede perfecto. Deja que la música te lleve.

—Pero ¿no hay instrucciones?

—No hay más instrucciones que esas.

Yo estaba entregado por completo.

—Ese «entregado» va marcado con una cursiva de sarcasmo y subrayado con dolor—. Y

Sé que a todos nos gusta pensar que el corazón es el centro del cuerpo, pero en este momento todas mis partes conscientes están en la mano que él sostiene.

Me pregunto si será posible comenzar una nueva relación sin hacer daño a otras personas. Me pregunto si será posible ser feliz sin que sea a costa de otros

Como me hizo sentir invisible, pasé meses deseando que fuera él quien desapareciera. Ahora parece que mi deseo se ha cumplido en parte. Su espíritu no está; sólo queda su cuerpo.

La promesa de un beso hará que sigamos adelante.

En otras circunstancias, habría sido el inicio de un romance. Pero creo que ambos supimos desde el principio que teníamos algo más valioso e incluso más trascendental. Yo iba a ser su amigo y le iba a mostrar un mundo lleno de posibilidades.

No estoy acostumbrado a la franqueza, a la verdad, a la sinceridad.

Es algo que me deslumbra.

Al contárselo a Darlene Infinita, no sólo siento que me estoy prestando al cotilleo.

No, siento que estoy poniendo en juego todo mi corazón.