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Amparo Dávila

El huésped y otros relatos siniestros

  • Nancy Castroidézettelőző év
    Tal vez esta habitación nos queda demasiado grande o demasiado estrecha y por eso no sabemos qué hacer con nuestros cuerpos y las palabras.
  • (esc) rito de iniciaciónidézett2 évvel ezelőtt
    Todo fue ligero entonces y gaseoso. La sustancia fue el humo, o el sueño, la niebla que se vuelve irrealidad. Todo era instante.
  • Kary Lorenzoidézettelőző év
    En aquella casa nadie había dormido jamás tranquila ni normalmente, su sueño era ligero, atento siempre al menor ruido. Pero nadie se quejaba nunca, resignados ante lo irremediable, aceptaban su cruel destino y lo padecían en silencio.
  • Kary Lorenzoidézettelőző év
    cada vez se abre entre nosotros una zanja más honda. Vivimos agazapados, desconocidos, ahogados por el silencio.
  • Ro Delgadillo Martinezidézett3 évvel ezelőtt
    Quiero irme
    un día soleado
    de una primavera reverdecida
    llena de brotes y retoños
    de pájaros y de flores,
    a buscar
    mi Jardín del Edén

    Fallecimiento: 18 de abril de 2020, Zacatecas

  • Ro Delgadillo Martinezidézett3 évvel ezelőtt
    El tiempo es una daga suspendida sobre nuestra cabeza
  • Cindy Canelidézett4 órával ezelőtt
    claro que no es posible sentirse contenta y animosa cuando de sobra se sabe que una no es ya una mujer sino una sombra, una sombra que se irá desvaneciendo lentamente, lentamente
  • Ceciliuxidézett10 órával ezelőtt
    El reverendo padre le aconsejó que esperara un tiempo prudente para ver si Julia volvía a ser la de antes o, de lo contrario, se alejara de ella definitivamente, ya que a lo mejor ésa era una prueba palpable que daba Dios de que esa unión no convenía y estaba encaminada al fracaso y al des­encanto, y podía ser, tal vez, un grave peligro para la salvación de su alma.

    ¡No bueno! Los consejos del “reverendo padre”

  • Ceciliuxidézett10 órával ezelőtt
    Después llegaron hasta él frases maliciosas y mal intencionadas que tuvieron la virtud, primero de producirle honda indignación y, después, de prender la duda y la desconfianza en su corazón.

    Como siempre, la mala comunicación.

  • Ceciliuxidézett12 órával ezelőtt
    Experimentaba una enorme vergüenza de que descubriera su tragedia. De sólo imaginarlo sentía que las manos le sudaban y la angustia le provocaba náuseas.

    ¡Qué absurdo! Por unas ratas (que sé que no eran ratas, pero ella si lo pensaba).

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