Padre

Y, antes de que pueda detenerme, pensé: «Quiero meter la polla en esa boca».

«Quiero que esa boca grite mi nombre».

«Quiero…»

Quiero meter la polla en esa boca».

Lo sé porque había estado en su posición.

Quería escucharla susurrar esas cosas con la voz entrecortada, quería cogerla en mis brazos y limpiarle las lágrimas con besos.

Oops… I did it again—. Encima Britney retro.

En especial Poppy Danforth y la certeza de que solo pensar en ella me la ponía dura.

Quiero meter la polla en esa boca».

«Quiero que esa boca grite mi nombre».

«Quiero…»

—Penitencia no, pero sí tengo una pequeña tarea

—volvió a mirarme de arriba abajo y sentí que se me incendiaba la piel— no es la única razón. —Y entonces el semáforo cambió y se fue corriendo con un breve movimiento de mano.

Estaba perdido

Tranquilo —dijo—. Estaba bromeando. O sea, sí eres tremendamente sexy, pero esa no es la razón por la que me interesas. O por lo menos