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Alain Deneault

Mediocracia

  • Juan Bernalesidézett4 évvel ezelőtt
    infantil.
    Pareciera que el juego consistiese, en primer lugar, en una serie de normas y procedimientos no escritos, informales pero frecuentes, que se deben acatar en un determinado entorno para alcanzar las metas que uno se marque. Seguir el juego conlleva participar de un cierto número de rituales que no son obligatorios (dejarse ver en un acto vespertino, hacer una donación llamativa a una determinada organización benéfica, felicitar a un colega por un artículo excelente que no hemos leído), pero que son indicadores de la lealtad de uno para con un grupo, una red o una institución. Sin embargo, el lado oculto de estos ritos sociales es violento. La no adhesión a la red se castiga con la muerte, ya sea simbólica o con balas de verdad. Una despiadada autoridad impone las reglas no escritas. Y, dado que estas reglas no siempre están claras, el juego en sí tampoco lo está; incluso fijar las reglas del juego pasa a ser un juego, y el juego, al final, no es tanto una serie de normas como una dinámica de poder establecida por actores que procuran imponer sus reglas a los demás.
  • Juan Bernalesidézett4 évvel ezelőtt
    Hemos llegado al punto de que ya no podemos ni siquiera imaginarnos posturas que se alejen mucho del centro, cuando dichas posturas serían las que (si existieran) nos permitirían participar del tan bien considerado proceso de hallar el equilibrio.
  • Juan Bernalesidézett4 évvel ezelőtt
    se despedirá a un profesor que no sea capaz de seguir un horario ni sepa nada sobre su asignatura, pero también se rechazará a un rebelde que aplique cambios importantes a los protocolos de enseñanza para lograr que una clase de alumnos con dificultades obtenga mejores calificaciones
  • Juan Bernalesidézett4 évvel ezelőtt
    La perfección técnica es absolutamente necesaria para mantener oculta la profunda pereza intelectual que implican tantas profesiones conformistas. Comprometida con los exigentes requerimientos de un trabajo que nunca es propio e inmersa en ideas que siempre proceden de arriba, la gente mediocre nunca pierde de vista su propia banalidad.
  • Adal Cortezidézett4 évvel ezelőtt
    No les importa que la universidad ahora funcione como una fábrica de salchichas, siempre y cuando al profesorado y a los alumnos de posgrado se les garantice el reconocimiento que piden sus respectivas identidades
  • Adal Cortezidézett4 évvel ezelőtt
    Cuando se lo recluta para servir a la economía, el pensamiento parece estar abocado a encarnar, al llevarse a la práctica, las taras de su institución. Se ve obligado a producir conocimiento sin que importen los costes ni la forma en que dicho conocimiento pueda incidir en el mundo. La teoría en sí adquiere una cualidad inflacionista.
  • Adal Cortezidézett4 évvel ezelőtt
    Max Weber jamás se habría podido imaginar el nivel de supeditación de la universidad para con los clientes que adquieren los cerebros que esta produce, aunque ya denunciaba hace cien años la “mediocridad” en la que estaba cayendo la universidad al subordinarse y contraer perniciosas ataduras con el seductor elemento comercial.
  • Adal Cortezidézett4 évvel ezelőtt
    Las empresas ven la universidad como un proveedor, financiado con fondos públicos, de los trabajadores y de los conocimientos avanzados que necesitan
  • Adal Cortezidézett4 évvel ezelőtt
    En Empire of Illusion, Hedges insiste en que hay motivos para preocuparse, pues “las universidades de la élite han abolido la autocrítica. Se niegan a poner en tela de juicio un sistema montado para justificarse a sí mismo. Lo único que importa son los sistemas de organización, tecnológicos, de desarrollo personal y de información”
  • Adal Cortezidézett4 évvel ezelőtt
    la gente mediocre nunca pierde de vista su propia banalidad
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