Las segundas oportunidades eran para aquellos que tenían la valentía de aceptarlas…
Desde que aquella traición le cambiara la vida, Breena Quinlan lo escondía todo. Escondía sus sentimientos en las páginas de un diario, escondía su cuerpo bajo la enorme ropa y se escondía ella misma en un apartado pueblo de Oregón. Pero Seth Tucker la había encontrado. Con sólo mirarla, e incluso rozarla, le demostraba que la deseaba. Todo en él, sobre todo las ganas con las que intentaba ser un buen padre para su hija, le daba motivos para confiar.
Así que Breena dio el gran salto y se atrevió a compartir con él su casa… y su cama.