Sin corazón

–Una vez fui una Torre solitaria sobre una orilla alejada, y asesinaba en nombre de mi reina para ganar una cruzada. Ahora mis ojos ven el corazón que una vez rastreamos, y temo que no se repare nunca más el corazón que encontramos.

No tengo ni la más mínima idea, Su honorable Majestad. Encuentro que sencillamente no recuerdo en qué se parecen un cuervo y un escritorio.

–Siempre preferí la respuesta “porque los dos tienen plumas manchadas de negro”.

–¿En qué se parecen un cuervo y un escritorio?

–Oh, los dos producen notas, aunque tienden a ser falsas

–¿En qué se parecen un cuervo y un escritorio?

–Oh, los dos producen notas, aunque tienden a ser falsas

Vino aquí con la intención de llevarse tu corazón, pero desde la noche en que te trajo a la merienda fue evidente que, en cambio, él iba a perder el suyo

Vino aquí con la intención de llevarse tu corazón, pero desde la noche en que te trajo a la merienda fue evidente que, en cambio, él iba a perder el suyo

Queremos que seas feliz. Es todo lo que hemos querido siempre. ¿Esto es lo que te hará feliz?

Cath sostuvo su mirada, sintiendo los pinchazos de las garras de Cuervo sobre el hombro, el peso de los rubíes alrededor del escote, la comezón de las enaguas sobre los muslos.

–Qué diferente habría sido todo –dijo– si se te hubiera ocurrido preguntarme eso antes.

Apartó el brazo de su padre y se abrió paso entre ellos. No miró atrás.

–Pero al final, la esperanza –él señaló– es el camino para hacer posible lo imposible.

–Pero al final, la esperanza –él señaló– es el camino para hacer posible lo imposible.