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Luis Jorge Boone

Suelten a los perros

  • Rafael Ramosidézett4 hónappal ezelőtt
    Se encaminó hacia la casa decidido a salir por la puerta principal. No le dedicaría ni siquiera una mirada a Sodoma, a riesgo de transformarse en estatua de sal. Para qué otra gárgola. Todos somos el monstruo de alguien.
  • Rafael Ramosidézett4 hónappal ezelőtt
    El nombre era lo de menos. No lograba relacionarlo con el tipo que tenía enfrente. La inconexión primaria, la última, la única invencible, la que proviene de la negativa a ejecutar, facilitar o reconocer cualquier conexión. Imposibilidad física y anímica de conectar. Me cagas. No siento celos del lugar que ocupas, meco, no quiero volver con esa señora, mi ex, ex del averno y, sin embargo, me zurra tu presencia, tu existencia en el mundo.
  • Rafael Ramosidézett4 hónappal ezelőtt
    Aldea dibujaba con el dedo en las ventanas empañadas. Corazones asimétricos, estrellas logradas de un solo trazo, caras de gatos, abejas.
    Hija, te quiero.
    Iba tan concentrada en su arte efímero que no lo escuchó, o no quiso contestar.
  • Rafael Ramosidézett4 hónappal ezelőtt
    La llamada del viernes a media tarde, ¿de parte de quién?, de la ex vil, víbora y napalm, ex del abismo profundo, contra todo pronóstico, obró el milagro. Te informo: no voy a poder llegar a recoger a la niña. Las carreteras están cerradas.
  • Rafael Ramosidézett4 hónappal ezelőtt
    Solís tuvo una premonición: Viviana, ex maligna, un bote de alquitrán en lugar de alma, cagándolo hasta la saciedad por ser el mismo cabrón descuidado de siempre
  • Rafael Ramosidézett4 hónappal ezelőtt
    Aldea señaló con sorpresa y entusiasmo cada vez que una pieza encajaba. Algo, también, como de paso, de rebote, de refilón, se instalaba, encontraba su lugar en el pecho de Solís.
  • Rafael Ramosidézett5 hónappal ezelőtt
    El infierno es la inconexión con los otros, con unos pocos, al menos no con ella.
    La diferencia entre una desconexión y una inconexión es que en la última el nexo nunca existió. La verdad del mundo es ésa –el horror, el horror–: las dendritas nunca se comunicaron, las neuronas de lo uno y lo otro están separadas desde siempre, nada genera pensamientos, nada comulga con nada. Las experiencias que crees compartidas son en realidad puentes fantasma por los que caen las solitarias almas humanas. El divorcio es una desconexión. Los días del padre sin ver a la hija son una inconexión. Agónica, flotante.
  • Rafael Ramosidézett5 hónappal ezelőtt
    No festejarían la llegada del salvador del mundo en Monclova. Viviana, su ex malvada, porque no hay de otras, está en la Biblia, le avisó que ese año la pasarían con la niña en la casa que su nuevo novio tenía, o que la familia de él tenía, más bien, vaya uno a saber, en la parte vieja de Arteaga, ese pueblo mínimo pegadito a Saltillo, cuya gracia es que las dos calles centrales se quedaron congeladas en la hora más lenta de una tarde dominical de hace cincuenta años.
  • Ana Saenzidézett6 hónappal ezelőtt
    No habrá ya quien cuente nada, ni tampoco a quien contar. El mundo será un archivo en sí mismo. Mudo. Inmóvil. Fragmentado. Almena conocerá el futuro, la apariencia última de sus deseos. En un cajón encontrará un montón de desechos, papeles sin color, consumidos. Cien nadas; una y la misma. Cien fotografías, todas muertas, iguales.
  • Ana Saenzidézett6 hónappal ezelőtt
    El archivo no cuenta nada. Entrega su material, en bruto, sin pulir, arteramente. Un golpe de datos inexplicados, por eso se digiere con penas y dificultades. Hematomas. Las historias sin contar se convierten en moretones sobre la piel de la experiencia.
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