subirán de precio en la misma proporción en la que creció la emisión de dinero, al menos en una primera etapa.
Sin embargo, con mayores precios, las personas necesitarán más dinero para poder pagar productos y servicios más costosos. Recordemos que, si no hubiera mayor emisión monetaria, la inflación concluiría, ya que nadie buscaría gastar por arriba de su presupuesto.