Breviario De Podredumbre

El diablo palidece junto a quien dispone de una verdad, de su verdad.

Que pierda el hombre su facultad de indiferencia: se convierte en asesino virtual; que transforme su idea en dios: las consecuencias son incalculables. No se mata más que en nombre de un dios o de sus sucedáneos:

el que ama indebidamente a un dios obliga a los otros a amarlo, en espera de exterminarlos si rehúsan

todo en mí me asegura que los gusanos permanecerían inactivos sobre mis instintos. Tan incompetente en la vida como en la muerte, me odio, y en este odio sueño con otra vida, con otra muerte. Y, por haber querido ser un sabio como nunca hubo otro, sólo soy un loco entre los locos...

¡Qué fácil es creerse un dios por el corazón, y qué difícil serlo por el espíritu! ¡Y con qué cantidad de ilusiones he debido nacer para poder perder una cada día! La vida es un milagro que la amargura destruye.

Cada cual reemplaza a Dios como puede; pues todo dios es bueno, con tal de que perpetúe en la eternidad nuestro deseo de una soledad capital...

Un espíritu sólo nos cautiva por sus incompatibilidades, por la tensión de sus movimientos, por el divorcio de sus opiniones y sus tendencias

Las épocas de espanto predominan sobre las de calma; el hombre se irrita mucho más por la ausencia que por la profusión de sucesos; así la Historia es el sangrante producto de su rechazo del aburrimiento.

Una religión se extingue cuando tolera las verdades que la excluyen; y bien muerto está el dios en nombre del cual ya no se mata.

La historia confirma el escepticismo; sin embargo, ella sólo existe y vive pisoteándolo; ningún acontecimiento surge de la duda, pero todas las consideraciones sobre los acontecimientos conducen a ella y la justifican.