Médico de cuerpos y almas

–No hay separación entre la carne y el espíritu, porque el espíritu se manifiesta por medio de la carne.

debe disciplinar uno mismo para derrotar las pasiones mundanas, o un hombre no es más que una bestia

La muerte era el destino de todos los hombres, también el dolor.

Dios es la ley, y la ley es perfecta e inmutable. Considera los diez mandamientos de la ley. El hecho es que cuando el hombre rompe la ley sufre mucho o física o espiritualmente, algunas veces de las dos maneras; y cuando la obedece disfruta de paz, amor y justicia. Si sufre un dolor mortal, su resistencia espiritual demuestra sin duda que la perfección no está fuera, sino dentro de su alcance. ¿Por qué, pues, han de existir reencarnaciones continuas? No. La expiación se realiza de forma espiritual, en el reino de la obediencia, donde el alma puede purificarse y limpiarse a sí misma.

No es que yo lo ame; es imposible amar a un ser tan distante que más parece una estatua que humano.

pocas semanas se había transformado en un libertador, cual santo que podía aliviarlos, cuyos ojos eran capaces de hacer que los suyos se cerrasen con descanso, cuyas manos tenían una extraña cualidad de consuelo y cuya voz alejaba el terror o la conciencia de la culpa. «Apolo lo ha tocado», murmuraban entre ellos.

Crees que Él nos inflige dolor y pena sin un propósito? Nos hubiese llevado con Él.

Irá a ella y se sentará a sus pies. Ella le hablará de las cosas que guarda en su corazón y acerca de las cuales no hablará a ningún otro hombre. Apenas si es mayor que el propio Lucano en edad, y también sufrirá la angustia que aceptó la noche de la anunciación angélica. Él verá su belleza y ternura y oirá su dulce voz. Pero todo esto ocurrirá en el futuro y no está dispuesto para ahora.

Moisés se familiarizó con aquellos misterios a través de los kalus que habían enviado a Egipto para enseñar al joven príncipe egipcio más cosas de las que sabían los sacerdotes de su país entonces. ¿Has oído hablar de Moisés, Lucano?

Me costará mucho dinero, pero Dios proveerá.