Ella no era quien decía ser Lord Bromwell estaba acostumbrado a transgredir las normas sociales, pero hasta él se quedó pasmado cuando se encontró con la hermosa aunque reservada lady Eleanor Sprinford y se besaron desenfrenadamente.
Bromwell tenía un férreo sentido del deber y, cuando se dio cuenta de que ella escapaba de una situación angustiosa, hizo lo único digno que podía hacer: le ofreció refugio en sus posesiones.
No obstante, no sabía que lady Eleanor era en realidad la sencilla Nell Springley, una señorita de compañía arruinada y fugitiva, y que su caprichosa relación presagiaba un escándalo…