Es un ejército que lucha por la libertad en su concepto más sencillo y escueto. En el pasado hubo infinitos ejércitos que lucharon por conquistar naciones, ciudades, riquezas, botín, poder, o dominar ésta o aquella región, pero aquí hay un ejército que lucha por la libertad y la dignidad humana, un ejército que no reclama para sí ni tierras ni ciudades, ya que la gente que lo integra procede de todas las tierras, ciudades y tribus, y es un ejército en que cada soldado comparte una herencia común de servidumbre y un odio común hacia los hombres que esclavizan a otros hombres. Es un ejército que debe alcanzar la victoria, ya que no hay puentes por los que pueda retroceder ni tierra en que pueda encontrar refugio o descanso. Es un momento en que cambia el curso de la historia, un comenzar, un emocionante y mudo susurro, un potente rayo de luz que es el heraldo del cegador relámpago y el trueno que sacude la tierra. Se trata de un ejército que de pronto ha comprendido que la victoria que busca debe cambiar al mundo y que, en consecuencia, el mundo debe cambiar o no habrá victoria.