es
Books
Stefan Zweig

Veinticuatro horas en la vida de una mujer

  • eidézett4 évvel ezelőtt
    Después de aquel momento de exaltación sentimental, toda palabra nos parecía vana.
  • María Cruz Moraidézett9 nappal ezelőtt
    Por tres veces estuvo a punto de levantarse airadamente, con el rostro enrojecido, uno de los comensales, a quien a duras penas logró calmar su esposa.
  • Georgina Lopezidézett7 hónappal ezelőtt
    Todo puede adivinarse en esas manos, en su manera de esperar, de coger, de contraerse: al codicioso se le reconoce por su mano parecida a una garra; al pródigo, por su mano blanda y floja; al calculador, por su muñeca firme; al desesperado, por la mano temblorosa; cientos de temperamentos se descubren con la rapidez del rayo, ya en el modo de tomar el dinero, si lo estruja o lo agita nerviosamente, ya si, abatido y con mano fatigada, hace indiferente una apuesta en el tapete verde
  • Georgina Lopezidézett7 hónappal ezelőtt
    con frecuencia me he dicho a mí misma, hasta volverme loca, cuán poca importancia tiene, dentro de una larga existencia, el haber obrado mal en una sola ocasión. Pero no podemos librarnos de eso que llamamos, con expresión bastante vaga, «conciencia»
  • Georgina Lopezidézett7 hónappal ezelőtt
    «Tiene usted toda la razón: la verdad a medias no tiene ningún valor; sólo la tiene la que se expone íntegramente. Me esforzaré cuanto sea necesario para no disimular nada ni ante usted ni ante mí misma. Venga después de la cena a mi habitación; a mis sesenta y siete años, estoy a cubierto de toda maledicencia. Hablar en el jardín o en la proximidad de otras personas no me es posible. Puede usted creer de veras que el decidirme a ello no ha sido para mí nada fácil.»
  • Georgina Lopezidézett7 hónappal ezelőtt
    Pero a mí me parecía divertido sostener una opinión opuesta y defendía enérgicamente la posibilidad y aun la verosimilitud de que una señora, tras varios años de matrimonio, decepcionada, hastiada, se sintiese íntimamente predispuesta a una aventura de ese género.
  • Georgina Lopezidézett7 hónappal ezelőtt
    La mayoría de los hombres poseen escasa imaginación. Todo lo que no les afecta de una manera inmediata y no hiere directamente sus sentidos, cual dura y afilada cuña, apenas logra excitarles; mas si un día, ante sus ojos y en una proximidad palpable, acontece algo insignificante, estallan inmediatamente con una pasión desmesurada. Entonces, en cierto modo, su apatía se trueca en vehemencia frenética y extemporánea.
  • Frank Ramírezidézett7 hónappal ezelőtt
    La vejez no significa nada más que dejar de sufrir por el pasado.
  • Gilberto Julio Marquina Castilloidézettelőző év
    La vejez no significa nada más que dejar de sufrir por el pasado.
  • Gilberto Julio Marquina Castilloidézettelőző év
    no existía, pues, ningún otro testigo contra mí que mi propio recuerdo.
fb2epub
Húzza és ejtse ide a fájljait (egyszerre maximum 5-öt)