Amy Tan

El club De la buena Estrella

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  • Abril G. Kareraidézett5 évvel ezelőtt
    Si ahora reconozco la maldad en los demás, ¿no será porque también me he vuelto mala?
  • Abril G. Kareraidézett5 évvel ezelőtt
    Cuando sufres un choque tan violento, es inevitable que pierdas el equilibrio y caigas. Y una vez que te has levantado, comprendes que no puedes confiar en que nadie te salve, ni tu marido ni tu madre ni Dios. ¿Qué puedes hacer entonces para evitar inclinarte y caer de nuevo?
  • Eunice Jimenezidézettelőző év
    ¿Cómo podría no amar a ese hombre? Pero era el amor de un fantasma, unos brazos que rodeaban pero no tocaban, un cuenco lleno de arroz pero sin apetito para comerlo, sin avidez, sin plenitud.
  • Eunice Jimenezidézettelőző év
    Sé lo que es permanecer en silencio, escuchar y observar, como si la vida fuese un sueño. Puedes cerrar los ojos cuando ya no quieres mirar, pero cuando ya no deseas escuchar, ¿qué puedes hacer? Aún oigo lo que sucedió hace más de sesenta años.
  • alessaidézettelőző év
    Cerré los ojos y me concentré en mi siguiente jugada.
  • alessaidézettelőző év
    Festival de la Brillantez Pura. Ese día tus pensamientos deben ser nítidos, pues te dispones a pensar en tus antepasados. Es el día en que todos visitan las tumbas de sus familiares fallecidos, provistos de hoces para cortar los hierbajos y escobas para barrer las lápidas, y ofrecen bolas de masa hervida y naranjas como alimento espiritual.
  • Eunice Jimenezidézettelőző év
    Y así, aunque me encontraron —más tarde, después de que el ama, Baba, el tío y los otros gritaran mi nombre a lo largo de la orilla—, nunca creí que mi familia había encontrado a la misma niña.
  • Eunice Jimenezidézettelőző év
    Cuando finalizó el relato cantado, yo estaba llorando y temblaba desesperadamente. Aunque no había entendido toda la historia, comprendía la aflicción de la dama, pues en un brevísimo instante ambas habíamos perdido el mundo, sin que hubiera ninguna manera de regresar.
  • alessaidézettelőző év
    El dolor de la carne no es nada. Debes olvidado, porque a veces ésa es la única manera de recordar lo que tienes en los huesos. Debes arrancarte la piel, y la de tu madre, y la de la suya, hasta que no quede nada, ni cicatriz ni piel ni carne.
  • alessaidézettelőző év
    . Así es como se cura una herida: empieza a cerrarse sobre sí misma, a proteger lo que duele tanto y, una vez cerrada, ya no ves qué hay debajo, eso que provocaba el dolor.
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