Trilogía del fuego

También eso representaba un aprendizaje: el que en medio de la pena más grande podía haber islas de alegría, en medio de todos los temores y de la desesperación, una roca caliente sobre la cual sentarse y sentirse totalmente en calma.

No estaba segura de nada. La vida era incertidumbre, desde el primer día hasta el último. Pensó que estaba aprendiendo eso. Ser mayor implicaba darse cuenta de que en la vida de una persona podía pasar cualquier cosa.

Quizá lo que está ocurriendo justo ahora me enseñe lo que implica hacerse mayor», pensó. «Comprender que hay preguntas que no tienen respuestas evidentes. Que hay que darse las respuestas que uno mismo considere».

la felicidad solo está allí donde sabemos que hemos estado, una vez la hemos perdido

Cada día es una planta. Que debéis cuidar y regar, limpiar de malas hierbas y cosechar alguna vez. Cada planta es un día de vuestra vida que aún no habéis vivido.

En el fuego están incluso todos los recuerdos.

Sabe que tiene que ir más deprisa, que tiene que correr más rápido: porque eso que hay ahí detrás, que ella no logra ver, está más y más cerca.