el hombre trabaja sin cesar y la materia se mueve sin cesar, pero nada permanece, aunque lo nuevo que viene después no difiere en nada de lo anterior. El hombre muere y su heredero recoge todos los beneficios de sus labores. Los ríos desembocan en el mar, pero sus aguas no tienen permiso de permanecer ahí. Una y otra vez, en un ciclo infinito sin propósito, el hombre y las cosas nacen y mueren sin mejorías, sin logros permanentes