Las pandemias, como las pestes, son un mal grupal. Son medievales hasta la médula y el espinazo. El individuo no importa. Todos comen del mismo pan y beben de la misma piedra de la locura. Lo mismo pasa con las gripes, las encefalitis y esas malditas enfermedades que te obligan a aislarte, a persistir en lo individual aunque la crisis sea siempre compartida, común, de todos