«Casa: el que viaja huye de una y la busca en todo. Hay quien llama casa a un plato con sabores familiares o a un té caliente, o a una misión, o a la belleza encontrada. Los que buscamos la pureza, en cambio, guardamos silencio y apretamos los dientes.
Mi viaje empezó cuando, tras horas en trenes y en aviones, cerré la puerta de la habitación detrás de mí y eché el cerrojo. Abrí la maleta y coloqué todas mis cosas en el armario, en la estantería de madera, en el pequeño mueble de plástico sobre el lavabo. El viaje es la aniquilación de la costumbre y la inauguración de un estupor que debe volvernos pequ
«A mí la naturaleza no me conmueve. En general la encuentro aburrida o amenazante. Me incomoda. Solo busco la obra del hombre; tampoco me conmueve, pero ante ella puedo pensar».
LA PUREZA es un recorrido físico, emocional y cultural por los alrededores de una ciudad sitiada por imponentes montañas. Es también la crónica de un final anunciado: el de un invierno en Innsbruck.