gente ya se imagina muchas distopías en un futuro parecido: nos quedamos en casa, trabajamos con nuestros ordenadores, nos comunicamos a través de videoconferencias, hacemos ejercicio en una máquina colocada en un rincón de nuestra casa-oficina, de vez en cuando nos masturbamos delante de una pantalla en la que vemos sexo duro y nos traen la comida a domicilio. Y nunca vemos a ningún otro ser humano.